martes, 1 de julio de 2008

La mediocridad del salvadoreño

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Hace pocos días me enteré hasta donde ha llegado la empresa privada en nuestro país y cómo actúa en la mente de las personas (o mejor dicho, de los turistas en general). Quién diría que una de las cadenas más lujosas en hoteles (DECAMERON All Inclusive Hotels & Resorts) se ha quedado estancada en cuanto a sus productos en venta.
El ejemplo más visto en este collage está reflejado en ese aspecto. La no integración centroamericana por parte de los empresarios y comerciantes. Me parece increíble que siendo un lugar para veraneantes nacionales e internacionales prohíban la venta de cerveza proveniente de distintas partes de istmo centroamericano.

****Turista: Me sirves una Gallo, vos…
****Barman: Lo siento mucho, señor, aquí solo se consumen cervezas nacionales.

La escasa perspectiva de los inversionistas ha llevado a obtener pocas ganancias en la región centroamericana. Tenemos un mercado cerrado y encasillado. Esto es posible observarlo ya que uno de los productos tan gustados por hombres y mujeres (la cerveza) ha quedado rezagado en la comercialización dentro de estos prestigiosos lugares. Ahora ya no solo “Es cosa de cheros”, sino que es cuestión de ganancia y poder.
Nuestra cerveza nacional –Pilsener– monopoliza el mercado de las cervezas en El Salvador, ya que, pese a que se comercializan cervezas extranjeras, todas son distribuidas por la misma empresa que pone a Pilsener en el mercado: Industrias la Constancia.

¿Por qué digo esto? Bueno, falta ver que lo único internacional en este lugar son los turistas y los dueños (que cabe aclarar son colombianos). Entonces, estamos en el mismo problema porque la ganancia, para variar, no queda en nuestro país y mucho menos beneficia a los habitantes de este.

Siempre enfocado en nuestro futuro como comunicadores, preguntémonos lo siguiente:
---¿Por qué cuando se nos ha dado la oportunidad (legal) de traspasar las fronteras con nuestros productos nacionales no lo hacemos?
---¿Por qué no incluir productos internacionales en los menús de los grandes hoteles y restaurantes?
---¿Por qué seguir luchando contra ese “orgullo” aunque esto traiga desventajas económicas?