"El Norte y sus McDonald's basketball y rock'n roll
Sus topless sus Madonas y el abdomen de Stallone
Intelectuales del bronceado, eruditos del supermercado
Lo tienen todo, pero nada lo han pagado"...
“Si el norte fuera el sur” – Arjona
En relación a la famosa canción de Ricardo Arjona podemos decir que lo más preocupante no es qué hay en El Salvador, sino qué vendrá con el paso de los años. Estamos tan acostumbrados a recibir nuevas culturas y adoptarlas como nuestras, sin ningún problema, que el riesgo de perder la identidad es cada vez más grande.
¿Por qué países como Estados Unidos sí se sienten tan identificados con el payaso de Ronald McDonald o los mexicanos con personajes típicos como Pedro Infante y otras voces que los han hecho tan famosos? Bueno, el simple hecho es que en el transcurso de los años han creado una muy fuerte identidad sin importar las demás culturas. Sin embargo, en la actualidad todos los países se encuentran en la misma discusión: ¿Cómo poder defender la identidad?
La solución es fácil, defender lo propio y, aunque las demás ofertas se muestren atractivas, ignorarlas de una forma u otra. Es más ¿Por qué vivimos tragando tantas hamburguesas a diario, en lugar de los tradicionales atoles u otras comidas típicas de nuestro país? ¿Por qué vivir empecinados con viajar a los grandes centros comerciales de Europa y Estados Unidos, en lugar de los bellos (y cada vez más pocos) monumentos que tenemos aquí?
Bueno, no hay que ser tan pesimistas. La globalización nos ha llevado a una cierta mejora un tanto condicionadas. Es verdad, existen muchas nuevas plazas de trabajo y aunque estas pagan muy poco a su personal es una forma de aumentar los ingresos que una familia pueda tener y necesitar para subsistir.
Por otro lado, la modernización es un proceso que se ha vivido en El Salvador con la introducción de tanta maquinaria, pero la pregunta está guiada a ver si estamos preparados para el reto de la modernidad en todas sus partes (desde las bases de la sociedad trabajadora, hasta la cúpula dominante opresora).
En fin, el problema está latente en el diario vivir y, a pesar de eso, lo podemos ver y sentir. Pero como hijos de esta tierra no deberíamos quedarnos de brazos cruzados, sino hacer algo para rescatarnos a nosotros mismo y a las nuevas generaciones que, seguramente, vendrán con el paso de los años.
Así que como comunicadores existe la pregunta eterna:
- ¿Qué vamos hacer, en nuestro pais, para no convertirnos en la copia de otro?
- ¿Por qué tenemos miedo de afrontar el futuro con nuevas propuestas?
2 comentarios:
Estoy de acuerdo con tu exposición. Ahora bien ¿Qué vamos hacer? No se trata de solo identificar el problema: podemos ir más allá, podemos ser forjadores de nuestra propia cultura. ¿Por qué no intentarlo? Lo que pasa es que estamos "acostumbrados" y que las cosas tienen que ser así. Pero no. Si otros lo pueden, ¿Por qué no nosotros?...
Como comunicadores tenemos una tarea muy dificil. Para comenzar el problema empieza con nosotros mismos: CREEMOS QUE VAMOS A CAMBIAR TODOS LOS PROBLEMAS GLOBALES, pues no es cierto, siempre hay cosas que dependen de nosotros y otras que no. En este caso me parece muy bueno lo que mencionas:"¿por qué no nos identificamos con un personaje de El Salvador? pero yo me pregunto ¿y el cipitío?
Por otra parte, creo que la falta de visitar monumentos históricos es por el mismo desinterés que existe en nuestra sociedad por la cultura nacional y también por la falta de espacios públicos en nuestro país. Por tal razón siempre vamos a parar a un centro comercial.
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